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Es un Lunes frio en el Parque Histórico Peralta Hacienda en Fruitvale, donde siete miembros del grupo Teatro Jornalero se reunieron para ver una grabación de su presentación del pasado mes de octubre de la obra Corazón Indocumentado. La producción, dirigida por Michael Moran de Oakland Theater Project, explora la experiencia de los inmigrantes desde la perspectiva de los actores, la mayoría de los cuales son jornaleros mexicanos y centroamericanos que ahora viven en Oakland.

Los miembros del grupo, junto con la directora ejecutiva de Peralta Hacienda, Holly Alonso, están revisando la última presentación con una pregunta específica en mente: ¿Qué se necesitaría para producir una serie completa de obras de teatro el próximo año?

La idea de formar una compañía de teatro, y mucho menos producir una serie de presentaciones, habría sonado como algo imposible de lograr para los miembros de Teatro Jornalero hace apenas cuatro años. La ahora obra de teatro se originó como una exhibición de arte llamada Corazón indocumentado: los jornaleros de Oakland cuentan sus historias, que se estrenó en Peralta Hacienda a fines de 2018. La exhibición presentaba las historias de como 13 jornaleros lograron la dura travesía de cruzar la frontera. Los jornaleros son parte de la colectiva de Street Level Health Project, una organización local sin fines de lucro. La exhibición que fue presentada en la hacienda Peralta utilizaba pinturas, textiles y narración con las voces de los jornaleros. Los participantes asistieron a talleres dirigidos por la artista textil Marion Coleman, el pintor Ramón Carrillo y el diseñador gráfico Jeff Norman, para ayudar a elaborar sus historias de supervivencia y esperanza.

Una vez que la exhibición termino, Alonso regreso a la colectiva para platicar con los participantes y preguntarles si les gustaría compartir sus historias en un formato diferente, como parte de una producción teatral.

Hermelinda Sánchez y Mario Pina, integrantes de la compañía de teatro Teatro Jornalero. En la obra Corazón Indocumentado, cuentan la historia de su viaje para reencontrarse en los Estados Unidos después de que Francisco se fue en busca de una manera de proporcionar la educación universitaria de su hijo. Credit: Carla Hernández Ramírez

“Me alegra que Peralta Hacienda haya tenido el deseo de unirnos”, dijo Mario Pina, uno de los miembros de Teatro Jornalero y participante original de la exhibición. “Al principio, no sabíamos cómo iba a funcionar este proyecto. Lo hicimos por amor sin saber cuánto nos pagarían ni cuánto trabajo requería”.

Pina emigró de México a los Estados Unidos en 2004 para poder pagar la educación universitaria de su hijo. “No venimos a quitarle nada a nadie,” dijo Pina, rechazando la opinión de muchos en los EE. UU. sobre los inmigrantes que llegan de América Latina. “La unica meta que traemos es el progreso y trabajar.”

Su esposa, Hermelinda Sánchez, también forma parte de Teatro Jornalero. Ella llegó a los Estados Unidos unos años después que su esposo. En los años que llevan en este país, muchas cosas han cambiado en México. Ahora ya son abuelos pero ninguno ha podido regresar a México para visitar o conocer a sus nietos en persona.

“Elllos me han apoyado, yo venia con mi corazón lastimado”, dijo Sánchez. “Ellos me daban palabras de aliento”. 

La transición de participar y crear trabajo para una exhibición de arte visual a una producción teatral presentó desafíos para algunos de los participantes. “Aunque hayas pensado la historia de forma espontánea”, dijo Alonso, “hacerlo como una actuación que tienes que memorizar es difícil”.

Para Pina, continuar en el projecto de Corazón Indocumentado vale la pena. Las historias, dijo, pueden ayudar a desafiar algunos de los conceptos erróneos comunes que rodean a los inmigrantes. “Yo quería que la gente viera que no es tan fácil dejar nuestros países, nuestras culturas y venir a un pais desconocido”, dijo Pina.

Producir teatro en vivo no es barato

El deseo del grupo de seguir actuando nunca estuvo en duda. Pero las producciones teatrales cuestan dinero, y tratar de conseguir los fondos necesarios para continuar ha sido el desafío del Teatro Jornalero. Prate de ese proceso, con la ayuda de Alonso, ha sido averiguar cuánto se necesitaría para producir una serie de obras teatrales en el 2023.

“No queremos asustar a la gente con una cantidad alta”, dijo Alonso sobre como acercarse a posibles donadores. “¿Entenderá la gente que necesitamos $10,000?” El grupo estima que el costo total, desde el primer ensayo hasta la noche cuando se estrana la obra, sería de aproximadamente $8,000, y cada presentación adicional costaría alrededor de $3,000. Sus estimaciones incluyen pagarle al elenco, el equipo y el lugar.

Para la exhibición de arte y la serie de presentaciones, Alonso pudo obtener fondos a través de donaciones y una subvención de California Humanities, que en 2019 permitió que Corazón Indocumentado se mostrara en Peralta Hacienda, Street Level Health Project y la bibliotec Cesar E. Chávez en Fruitvale.

Alonso tambien tenia la idea que el director de Oakland Theatre Project, Michael Moran, ayudara a producir una versión teatral en 2020, pero la pandemia detuvo esos planes.

Como ayudar a Teatro Jornalero

Puede hacer una donación monetaria a traves de este enlace.

El concepto de Teatro Jornalero no es nuevo. En 1965, el dramaturgo, guionista, director de cine y actor Luis Valdez, junto con Agustín Lira, fundaron El Teatro Campesino durante la huelga de uvas en la ciudad de Delano por el sindicato United Farm Workers de César Chávez. Valdez quería utilizar obras teatrales como una herramienta de organización para mostrar las injusticias que estaban experimentando los trabajadores agrícolas y sus motivos para la huelga.

En las décadas desde entonces, se han formado muchas compañías de teatro similares, como el Teatro Jornalero Sin Fronteras en Los Ángeles. En 2018, Oakland Teather Project estrenó la obra American Jornalero de Ed Cardona Jr.

Cada miembro cuenta una historia de migración única.

Para los miembros de la compañía teatral, recibir orientación de personas como Alonso y Michael Moran fue completamente inesperado y crucial para el éxito del grupo.

Uno de ellos, Alex Cruz, dijo que pudo dejar de lado sus temores de contar su historia en parte porque Moran fue muy paciente al ayudarlo, a pesar de la barrera del idioma. Aunque Moran no habla español, Cruz dijo que Moran encontró una manera de comunicarse y relacionarse con los miembros de una manera que se sentía genuina.

Para la última producción, la compañía se redejo de 13 a solo 8 miembros, con una nueva incorporación al elenco, Yolanda Urioste.

Urioste también habló sobre el aliento que ha recibido durante todo el proceso creativo de Moran, el director de Oakland Theater Project. “Yo de letras y de papel, eso no se me da”, dijo, “pero el me apoyo mucho”.

Yolanda Urioste, integrante de la compañía de teatro Teatro Jornalero.
Alex Cruz, integrante de la compañía de teatro Teatro Jornalero presentando actualmente la obra “Corazón Indocumentado”. Credit: Carla Hernández Ramírez

Varios de los miembros originales que habían participado optaron por no continuar por motivos personales, mientras que otros se mudaron durante la pandemia. El grupo actual incluye inmigrantes de México, Honduras y Guatemala, así como una Mexico-americana.

Francisco Pablo Matías, nativo de Guatemala, enfrentó una barrera de idioma diferente a sus compañeros ya que el habla Mam y aprendió español ya como adulto.

“Hubo momentos en los que me costaba escribir mis pensamientos y necesitaba mucha ayuda”, dijo Matías. “Holly [Alonso] nos brindó mucho apoyo”.

Adriana Martínez, la única miembro nacida y criada en los Estados Unidos, aporta una perspectiva diferente sobre la inmigración, como ciudadana estadounidense nacida de padres inmigrantes quienes llegaron a los Estados Unidos desde México en la década de los 50s.

“Esta es la bendición que tengo”, dijo Martínez. “Mis padres sacrificaron todo por mí. Soy consciente de quién soy: 100% estadounidense y 100% mexicana”.

Martínez espera que su historia sirva para mostrar el lado humano de los inmigrantes y para aquellos que albergan resentimientos equivocados. “Las drogas son ilegales”, dijo, “pero los seres humanos no”.

Francisco Pablo Matias. Credit: Carla Hernández Ramírez
Abad Leyva, integrante de la compañía de teatro Teatro Jornalero presentando actualmente la obra Corazón indocumentado. Credit: Carla Hernández Ramírez

Abad Leyva, al igual que Martínez, tenía algo que sus otros compañeros no tenían: la oportunidad de asistir a la universidad. Pero, como la mayoría de los demás miembros del grupo, puede identificarse con lo difícil que es cruzar la frontera. Además de contar su historia en el escenario, ayudó a traducir las otras historias al inglés.

“Esta es mi gente”, dijo Leyva. “Soy parte de esta comunidad”. Para Leyva, compartir las historias en el escenario es una forma de sanar los traumas en los que muchos incurren durante su viaje por el desierto. “La cultura cura”, dijo. “Agradezco a Holly por darme la oportunidad de trabajar con este grupo maravilloso”.

Teatro Jornalero tiene la esperanza de que, en colaboración con Peralta Hacienda y Oakland Theatre Project, podrán recaudar suficiente dinero para hacer realidad una nueva serie de presentaciones teatrales en el 2023. Sueñan con presentar la obra en lugares más grandes y también han discutido llevarla a centros de jornaleros en otras ciudades del estado.

“Los jornaleros se sentirían escuchados y representados”, dijo Alonso. “El elenco es valiente y fuerte, y esta es una oportunidad maravillosa para ellos”.

Azucena Rasilla is a bilingual journalist from East Oakland reporting in Spanish and in English, and a longtime reporter on Oakland arts, culture and community. As an independent local journalist, she has reported for KQED Arts, The Bold Italic, Zora and The San Francisco Chronicle. She was a writer and social media editor for the East Bay Express, helping readers navigate Oakland’s rich artistic and creative landscapes through a wide range of innovative digital approaches.