Beatriz Ochoa cortando el cabello a un cliente en su estética, Latina Salon localizada en el este de Oakland. Credit: Ricky Rodas

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Este artículo fue traducido por Azucena Rasilla.

El gobernador de California, Gavin Newsom, levantó las órdenes regionales de quedarse en casa el pasado 25 de enero, luego de una reducción de casos y hospitalizaciones por COVID-19 en todo el estado. Como resultado, el condado de Alameda volvió a entrar en el nivel morado, lo que significa que los restaurantes pueden reanudar los servicios al aire libre y ciertos negocios, incluidas decenas de negocios pequeños de barberías y salones de belleza en Oakland para que nuevamente pueden atender a los clientes en el interior de sus negocios, con algunas modificaciones de seguridad.

Newsom fue criticado por algunos por la decisión, que muchos vieron como impulsada políticamente, y cuando muchos residentes de Oakland no se sienten seguros en realizar actividades en lugares cerrados como lo es una peluquería para ir a cortarse el cabello. Pero el levantamiento de la orden de quedarse en casa es una bendición para los peluqueros y estilistas locales, que han estado experimentando los altibajos de la pandemia durante meses.

Beatriz Ochoa, propietaria de Latina Salon en 10308 International Boulevard en el este de Oakland, dijo que ya había atendido alrededor de una docena de clientes el miércoles por la tarde temprano y esperaba más. “Todos están felices por nosotros y nos dan la bienvenida ahora que hemos reabierto,” dijo Ochoa, de 36 años, a Oaklandside.

A las afueras de Latina Salon, propiedad de Beatriz Ochoa de la ciudad de Oakland. Credit: Ricky Rodas

A lo largo de la pandemia, las peluquerías y los salones de belleza han tenido que cambiar entre períodos prolongados de cierre y períodos más breves en los que se les permite operar con una capacidad limitada. El 26 de mayo, el gobernador Newsom permitió que las peluquerías y los salones de belleza volvieran a abrir por primera vez desde que se implementó la orden de quedarse en casa el mes de Marzo del año pasado, pero luego anunció cierres obligatorios en julio. A los salones se les permitió reabrir nuevamente el 31 de agosto y disfrutaron de unos meses de negocio estable, antes de que el estado emitiera su orden regional más reciente de quedarse en casa el 5 de diciembre.

En lo que respecta a los posibles riesgos a la salud al reabrir su negocio, Ochoa dijo que no está demasiado preocupada dadas las precauciones que implementará, las cuales incluyen usar una mascarilla en todo momento, tomar la temperatura de sus clientes, desinfectar su equipo después de cada uso, y solo permitir la entrada al salon a los clientes. “Mucha gente a mi alrededor está tomando precauciones,” dijo, “y yo también hago mi parte.”

Después de haber tenido su salón de belleza cerrado tanto tiempo, Ochoa se mostraba emocionada cuando habló con Oaklandside. Cortar el cabello, dijo, ha sido su pasión de toda la vida. “He estado cortando el cabello de la gente desde que tenía 13 años, y a los 15 estaba haciendo peinados para quinceañeras,” dijo. “Nací para estar en esta industria.”

Cuando Ochoa no está atendiendo su estética, está enseñando y asesorando a los jóvenes estilistas que estudian en la escuela de cosmetologia llamada Greater East Bay Barber Shop Cosmetology Apprenticeship localizada en San Leandro. Según Ochoa, la escuela tiene problemas económicos debido a una disminución en estudiantes matriculados desde el inicio de la pandemia. “Muchos de nuestros estudiantes tuvieron que abandonar la escuela y conseguir otros trabajos para poder mantener a sus familias,” dijo.

Emarosa “Rossy” Márquez (izquierda) y su empleada. Credit: Ricky Rodas

A varias cuadras de Latina Salon en la esquina de la calle 73 y el International Blvd., Emarosa “Rossy” Márquez y su única empleada atendían a los clientes en su salon de belleza, Rossy’s Beauty Salon. Rossy abrió el negocio en 2007 después de estudiar cosmetología en México, su país natal y asistir a la escuela de peluquería en Oakland poco después de mudarse aquí hace dos décadas.

Según el esposo de Rossy, Guillermo, quien habló con The Oaklandside mientras su esposa atendía a un cliente, Rossy estaba preparada para reabrir su salón tan pronto como el estado lo considerara seguro. “La industria de la belleza siempre ha trabajado de manera muy segura y ella siempre ha usado desinfectantes en su trabajo,” dijo. “Ella también ha estado siguiendo todas las pautas implementadas por el gobierno.”

Antes de la pandemia, Guillermo le ayudaba a su esposa en el salon de belleza, barriendo, manteniendo el salón abastecido con productos para el cabello y otros suministros necesarios, y cobrándole a los clientes. Ahora trabaja a tiempo completo en un hotel en San Francisco para ganar dinero extra.

La incertidumbre de estar abriendo y cerrando el negocio y no saber cuando tener que adaptarse a tantos cambios ha sido difícil para la pareja que ha tenido que recurrir a usar parte de sus ahorros para mantener abierto el salón de belleza, dijo Guillermo. Actualmente, dependen de los ingresos que en gana en el hotel para pagar sus deudas, pero Guillermo cree que si la estética se mantiene abierta, Rossy’s Beauty Salon volverá a darles ganancias.

“Nos mantenemos optimistas de que las cosas van a cambiar.”

Ricky Rodas is a member of the 2020 graduating class of the UC Berkeley Graduate School of Journalism. Before joining The Oaklandside, he spent two years reporting on immigrant communities in the Bay Area as a reporter for the local news sites Oakland North, Mission Local, and Richmond Confidential. Rodas, who is Salvadoran American and bilingual, is on The Oaklandside team through a partnership with Report for America, a national service program that places journalists into local newsrooms to report on under-covered issues and communities.