Jamila Brooks logró equilibrar el aprendizaje a distancia de sus hijos y enseñar su clase de primer grado en la Escuela Primaria Montclair el año pasado. Pero se siente en conflicto por la reapertura de las escuelas el próximo mes. Credit: Pete Rosos

Un viernes a mediados de marzo, antes de que la orden de quedarse en casa entrará en vigor, la maestra de educación especial Sayuri Valenza se encontraba impartiendo clase en la escuela intermedia Bret Harte en el Distrito Dimond de Oakland cuando un estudiante entró al aula con una bolsa de “hot cheetos” en la mano. El estudiante comenzó a compartir el contenido de la bolsa con sus compañeros de clase, dejando a todos con los dedos llenos del polvo rojo que desprenden.

“Por varias semanas habíamos estado hablando sobre la necesidad de tener cuidado, no compartir cosas, y que debemos ser más limpios y no propagar gérmenes,” dijo Valenza. Los casos de coronavirus iban en aumento y los expertos enfatizaron la importancia de lavarse las manos, la sanidad y la limpieza.

“Recuerdo haberme sentido molesta, mientras reía y bromeaba, preguntándoles: ¿Qué no entienden? ¿Qué tengo que hacer para que entiendan que ya no pueden hacer esto? “

Valenza y sus alumnos no lo sabían en ese momento, pero ese día, 13 de marzo, sería el último día en que su clase se reuniría en persona. El Distrito Escolar Unificado de Oakland cerró las escuelas al término de ese día escolar por el resto del año escolar para limitar la propagación del coronavirus.

Para Valenza, ese recuerdo ilustra una de sus mayores preocupaciones con la reanudación de las clases en persona: ¿cómo lograr que los niños no actúen como niños?

Con las escuelas de Oakland programadas para reanudar el nuevo ciclo escolar el 10 de agosto, los funcionarios del distrito planean publicar pautas esta semana sobre cómo será la escuela en el otoño. Las opiniones varían ampliamente ya que los padres y los maestros están dando a saber qué es lo que les preocupa como la salud, el acceso a la tecnología y la pérdida de aprendizaje.

En los planes preliminares presentados a las familias la semana pasada, el distrito recomendó un modelo de introducción gradual, donde algunos grupos, como los estudiantes con discapacidades, vendrían al aula todos los días, y otros estudiantes solo una o dos veces por semana para registrarse con su maestro. A medida que mejoren las perspectivas de salud, se permitirá que más estudiantes reciban instrucción en persona en la escuela. Según ese plan, Valenza estaría en el aula con sus alumnos todos los días, vestida de pies a cabeza con equipo de protección personal similar al que se usa en los hospitales.

Valenza ha revisado el plan de cerca, pero no se siente segura de este. “No me siento cómoda al regresar porque no creo que sea lo suficientemente seguro para que todos estemos allí,”  dijo.

Pero también está pensando en sus alumnos y en si el aprendizaje a distancia satisface sus necesidades. “Al no estar allí en persona con ellos, no te das cuenta de cuánta atención individual le estás dando a los niños hasta que, de repente, no puedes hacerlo.”

En West Oakland, el hijo de April Haynes acaba de terminar el séptimo grado en la escuela Westlake. A él le costó mucho completar su trabajo de clase una vez que las escuelas hicieron la transición a aprendizaje a distancia, por lo que Haynes quiere que regrese a la escuela en persona en el otoño.

“Solo puedes usar Zoom por cierto tiempo durante todos los días. A él se le hizo aburrido y lo único que quería hacer era jugar videojuegos,” dijo Haynes, refiriéndose al software de videoconferencia en el que muchos maestros confiaban para impartir las clases a distancia. “Traté de que hiciera la escuela de verano, pero como todo está en Zoom, dijo: “No, no lo voy a hacer, es demasiado.”

Dependiendo de las pautas del distrito, Haynes dijo que puede que cambie de escuela a su hijo si no hay opciones en persona para él. Ella también lo matriculó en Nea Community Learning Center, una escuela charter en Alameda, y está considerando la educación en casa.

“Donde vivo, ninguno de nosotros conoce a nadie que tenga el virus, así que pensamos: déjenos enviar a nuestros hijos de regreso a la escuela. Hasta que el virus llegue aquí y se vuelva algo crítico, entonces no es algo muy real para nosotros,” dijo Haynes.

Lo que las familias de Oakland dicen que quieren el próximo semestre

En una encuesta sobre cómo manejar el próximo semestre que el distrito distribuyó a las familias en mayo, la opción de aprendizaje desde la casa sin instrucción en persona recibió el menor apoyo. Aproximadamente el 40% de los encuestados informaron que ese plan funcionará para ellos. Las opciones híbridas, como medio día en la escuela y medio día de aprendizaje remoto, o unos días en la escuela y unos días de aprendizaje remoto por semana, recibieron el mayor apoyo, con 55% y 53%, respectivamente.

Si el aprendizaje a distancia continúa de manera significativa en el otoño, a muchas familias les gustaría ver cambios en el modo como se implementan las clases a los estudiantes. Al igual que Haynes, la mayoría de las familias informaron que el aprendizaje de sus hijos retrocedió o permaneció estancado durante el aprendizaje a distancia en línea, según la encuesta.

Menos de la mitad de las familias encuestadas consideraron que su hijo estaba adecuadamente preparado para el próximo año escolar, y un número similar de encuestados informó que su hijo estaba aprendiendo nuevas habilidades o disfrutando el aprendizaje a distancia, la encuesta llegó a 4,523 familias en Oakland.

Para Vilma Serrano, maestra de la escuela Melrose Leadership Academy, encontrar una manera de involucrar a sus alumnos de 4 y 5 años sin estar en el aula y sin depender demasiado de las pantallas fue inicialmente un desafío. Serrano encuesto a los padres de sus alumnos acerca de los materiales que tenían en casa que podían usar para las lecciones escolares, como papel, materiales de dibujo, bloques de construcción o un patio para actividades físicas. También le envió a los padres una receta para hacer plastilina con con materiales que tienen en casa. Para los padres que necesitaban más suministros, Serrano regresó a la escuela para empacar cajas de suministros de su salón de clases para dárselos.

También envió a los padres información sobre desarrollos en los niños que pudieran monitorear desde la casa.

“¿Me siento bien con cómo se manejó la situación escolar? Es complicado. Definitivamente, creo que fue realmente estresante y difícil para todos,” dijo Serrano. “¿Han cumplido los estándares de fin de año y los estándares iniciales para entrar al jardín de niños? Dado que estamos en una pandemia, esa es la menor de mis preocupaciones en este momento. Me preocupa que tengan comida, un lugar donde vivir, atención médica y que los padres puedan darse el lujo de tomarse días libres para cuidarlos cuando se enferman.”

Serrano dijo que hasta que los casos de coronavirus comiencen a disminuir de manera

consistente, los funcionarios del distrito deberían discutir cómo mejorar la calidad del aprendizaje a distancia y garantizar que todas las familias tengan acceso a la tecnología, en lugar de intentar reanudar las clases en persona. También le preocupa cómo el distrito hará cumplir las precauciones de seguridad en una pandemia, cuando algunas escuelas tuvieron problemas para tener suficiente jabón y toallas de papel en los baños y las escuelas no contaban con suficientes conserjes y personal antes del brote.

“Si no estábamos seguros antes de la pandemia, no sé si tengo la confianza de que las cosas serían más seguras cuando regresemos,” dijo.

Las familias de Oakland con necesidades especiales comparten sus preocupaciones

Bernita Askew es la madre de un niño con necesidades especiales en la escuela primaria Martin Luther King, Jr. en West Oakland. Cuando el distrito anunció en marzo que las escuelas cerrarían, Askew sabía que tendría que dirigir gran parte del aprendizaje de su hijo en casa.

“No puedo decir que fue una mala experiencia para mí y para él. Al menos conseguí que empezara a hacer sonidos e intentara gravitar hacia la lectura,” dijo Askew.

A pesar de que tuvo que pasar la mayor parte del día trabajando con su hijo, que acababa de terminar el primer grado, Askew dijo que no quiere enviarlo de regreso a la escuela en agosto. Con el aumento reciente de casos y la temporada de gripe que se avecina, ella no cree que el virus esté lo suficientemente contenido. Y le preocupa que las necesidades especiales de su hijo puedan dificultar seguir todas las nuevas precauciones de seguridad.

“No es alguien que pueda mantener sus manos lejos de otro niño. No va a querer usar la mascarilla, se la va a poner debajo de la nariz. Hará marometas en el suelo. Él es así,” dijo.

Otra preocupación es cómo su hijo y otros niños podrán regresar a la escuela después de estar en casa durante cinco meses, especialmente los niños sensibles al cambio y en el espectro autista, dijo Askew. En una reunión reciente del distrito para padres y cuidadores de estudiantes con discapacidades, Askew presionó a los funcionarios para que elaborarán un plan para ayudar a los estudiantes a adaptarse a las nuevas políticas.

Valenza, la maestra de educación especial de Bret Harte, hizo eco de esas preocupaciones. Quiere ver al distrito crear videos en varios idiomas que muestren a los estudiantes cómo se verán sus aulas y pasillos cuando regresen a la escuela en el otoño, para que sepan qué esperar y no se sorprendan.

Los maestros de Oakland quieren ver como el distrito escolar se está preparando para navegar el covid

Como madre soltera de dos niños en edad escolar y maestra de escuela primaria, Jamila Brooks logró equilibrar el aprendizaje a distancia de sus hijos y enseñar su clase de primer grado en la Escuela Primaria Montclair. Pero fue difícil.

“Fue una lucha todos los días. Trabajé más de lo que trabajé antes. No pude planificar ninguna lección y tuve que hacer todo por la noche cuando mis hijos dormían,” dijo.

Ella simpatiza con los padres de niños pequeños que deben ser monitoreados todo el día, como su hija que ingresa al jardín de niños en el otoño. Como madre, se da cuenta de que sus hijos necesitan interacción social. Su casa no cuenta con un patio, por lo que la escuela también proporciona una manera para que sus hijos, incluyendo una estudiante de quinto grado, puedan correr. “Como madre, me gustaría que estuvieran en la escuela,” dijo.

Pero como maestra, la idea de estar en un salón de clases la inquieta. “Siento un conflicto interno,” dijo Brooks.

A ella le gustaría ver que las escuelas demuestren que pueden proporcionar suministros de equipos de protección personal, procesos de evaluación y clases más pequeñas antes de que se reanude la instrucción en persona. Y le molesta el sentimiento público que se ha compartido de que las escuelas deberían abrir de nuevo porque los padres necesitan cuidado de niños.

“Es casi como si fuera su empleado, y eso no me hace sentir bien. Así es como se siente un poco volver a la escuela, que solo estás cuidando a tus alumnos para que sus padres puedan volver al trabajo.” 

El Distrito Escolar Unificado de Oakland comenzará a negociar con el sindicato de maestros de la Asociación de Educación de Oakland el martes, y lanzará su primer plan oficial para el otoño el día jueves. Las autoridades reiteraron que las pautas del jueves no son definitivas y podrían cambiar si la pandemia empeora o mejora.

Este artículo fue traducido por Azucena Rasilla.

Ashley McBride writes about education equity for The Oaklandside. Her work covers Oakland’s public district and charter schools. Before joining The Oaklandside in 2020, Ashley was a reporter for the San Antonio Express-News and the San Francisco Chronicle as a Hearst Journalism Fellow, and has held positions at the Poynter Institute and the Palm Beach Post. Ashley earned her master’s degree in journalism from Syracuse University.